
Si la soledad es el sentimiento que surge cuando se constata que no soy nada,
ni nadie para un alguien, el antídoto eficaz será la experiencia de importar a otro,
y de importarle mucho.
En una palabra, la soledad muere cuando nace el amor.
Nada llena más el corazón del ser humano que descubrir que por mí,
otro piensa, vive, actúa y elige.
Mi existencia tiene sentido; la indiferencia queda en el olvido.
Sentirse amado, sencillamente por ser yo;
no por lo que hago, ni por mi dinero,
ni por ningún otro interés. Se es amado por ser,
nada más y nada menos … que uno mismo.
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